Energía

El sistema eléctrico registró un déficit de 2.200 millones en 2023 que fue compensado por el superávit del año anterior

La hucha de 6.190 millones de 2022 neutralizó la menor recaudación obtenida por la prórroga de la suspensión del impuesto sobre la producción eléctrica y resultó en un superávit de 3.200 millones

Archivo - Imagen de recurso de una factura de electricidad.

Archivo - Imagen de recurso de una factura de electricidad. / EUROPA PRESS - Archivo

Sara Ledo

Sara Ledo

El sistema eléctrico registró un déficit de 2.212 millones de euros en 2023, derivado de la rebaja fiscal aprobada por el Gobierno para reducir el impacto de los precios de la energía en el bolsillo de los consumidores. Pero ese desfase fue compensado con el histórico superávit del año anterior, que ascendió a un total de 6.190 millones de euros, de tal forma que las cuentas eléctricas han aflorado un superávit de 3.200 millones, según los datos provisionales publicados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Los 806 millones de diferencia se detraen para financiar los cargos del ejercicio 2024 y la interconexión eléctrica entre España y Francia por el Golfo de Vizcaya.

Los costes del sistema se situaron el año pasado en 14.266 millones de euros, un 2,75% menos de lo estimado; mientras los ingresos fueron de 12.054 millones de euros, casi un 20% inferiores a lo previsto. El grueso de los ingresos se recauda a través de los peajes y cargos que se incluyen en la factura eléctrica de todos los consumidores. Los peajes se dirigen a pagar las redes y el coste de la distribución eléctrica, y el precio lo fija la CNMC; mientras que los cargos se destinan a pagar las primas a las renovables (RECORE), la deuda acumulada de los distintos déficit o el sobrecoste por la generación extrapeninsular que corresponde al Ministerio para la Transición Ecológica.

La recaudación por peajes y cargos fue de 9.948 millones, un 5% superior a lo previsto. Pero además hay una serie de ingresos que beben de otras cuestiones, como algunos impuestos, las subastas de CO2 o normas de nueva creación como la minoración de los ingresos de algunas centrales eléctricas. Y es precisamente en esta bolsa en la que se produjo el desfase, por la prórroga de la suspensión del impuesto sobre la producción eléctrica (habitualmente con una tasa del 7%), que afecta a las compañías de energía y estas repercuten a los consumidores a través de la factura de la luz.

El Gobierno suspendió este gravamen de manera temporal en junio de 2021, cuando comenzó la crisis energética, y así se mantuvo así hasta finales del año pasado, cuando comenzó su reversión progresiva con un tipo del 3,5% hasta marzo y del 5,25% hasta junio. En 2022, el Ejecutivo previó a través de los presupuestos una inyección de más de 3.200 millones de euros en el sistema eléctrico para compensar el agujero que provocaría dejar de percibir este gravamen; mientras que este año no lo hizo. De esta forma, los ingresos por impuestos (se incluyen otras tasas como aquellas que afectan al combustible nuclear gastado y residuos radiactivos o el canon hidráulico) se limitaron a 515,5 millones de euros, un 87,4% inferior al inicialmente previsto para el ejercicio que ascendía a 4.079,1 millones de euros.

También fue inferior el dinero que entró en el sistema por las subastas de CO2 (917 millones, frente a los 1.100 millones previstos). En el lado contrario, los ingresos del sistema por el recorte del Gobierno sobre los beneficios extraordinarios de las centrales nucleares e hidráulicas fueron casi un 70% superiores a las expectativas, al sumar un total de 560 millones de euros. En este caso, fue también más que lo recaudado el año anterior, lo cual se puede explicar por que la generación hidráulica en 2023 fue muy superior a la de 2022 o por que las compañías subieron los precios de sus clientes con tarifa fija, debido a que el recorte solo se produce en aquella energía vinculada a contratos con un precio por encima de los 67 euros por megavatio-hora.

La diferencia entre costes e ingresos resulta en un desjuste negativo del ejercicio de 2.212 millones de euros. Pero el año anterior se produjo un desfase positivo de 6.190 millones, que se incorpora al ejercicio de 2023 después de detraer 453 millones para financiar los cargos del sistema de este año 2024 y 353 millones correspondientes a ingresos generados por la venta de electricidad entre España y Francia y que se destinarán a financiar un nuevo conducto submarino entre ambos países por el Golfo de Vizcaya. Es así como de un desajuste negativo, el sistema eléctrico ha pasado a uno positivo de 3.298 millones de euros.